Tiempos de Nigromante

Arturo Rueda

artrueda@yahoo.com

Viernes 25 de Marzo de 2011


La política mexiquense nubla los sueños presidenciales de RMV










El lejano, lejanísimo sueño presidencial de Rafael Moreno Valle en el 2018 se juega en las mesas de bacará del Estado de México. Hoy, cuando esté viajando rumbo a Acapulco para inaugurar el vuelo de Aeromar, se hará oficial la designación de Alfredo del Mazo Maza como candidato a la gubernatura de la coalición PRI-PVEM-Panal y la declinación de Eruviel Ávila, el presidente municipal de Ecatepec. Aunque la política nunca es un juego lineal y las sorpresas se encuentran a la vuelta de la esquina, la elección mexiquense configura la formalización del matrimonio entre Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo rumbo a los comicios presidenciales. La maestra y su poderoso sindicato regresan al PRI con altas, altísimas probabilidades de restaurar el Viejo Régimen. De vuelta en casa, Gordillo dejará desperdigados en varios partidos a algunos de sus alumnos insignes, entre ellos Moreno Valle. De cumplirse la profecía del regreso del PRI a Los Pinos de la mano del Gel Boy en el 2012, en el muy distante 2018 Rafael Moreno Valle debería enfrentarse al PRI restaurado: mayoría de gubernaturas, manejo de programas sociales, el regreso del tapadismo con favoritos como el mismísimo Alfredo del Mazo y Luis Videgaray. Una maquinaria nuevamente cuasi invencible. Llega así la primera encrucijada: ¿le conviene al gobernador poblano seguir el juego de la Gordillo en 2011 y 2012, cuando resulta perjudicial rumbo a sus intereses del 2018?


El ejercicio prospectivo en la política es fundamental y depende en alto grado de las fuerzas motrices y los intereses de los actores. Enrique Peña Nieto jugó su sucesión de forma magistral hasta llegar a sus cuatro finalistas: el poderoso presidente de la Comisión de Hacienda, Luis Videgaray; el presidente del Congreso, Ernesto Nemer; el alcalde de Huixquilucan, Alfredo del Mazo Maza, nieto e hijo de exgobernadores, y destacado miembro del Grupo Atlacomulco; y por último el presidente municipal de Ecatepec, Eruviel Ávila. A diferencia de lo ocurrido en imposiciones tricolores en otras entidades, los cuatro aspirantes mexiquenses siempre tuvieron un incentivo: no pelear con Enrique Peña Nieto, quien tiene pinta de próximo presidente: un berrinche estatal pudo provocar rupturas traumáticas en vísperas del regreso a Los Pinos. Por eso nadie osó rebelarse, y los primeros en bajarse del barco fueron Videgaray y Nemer, miembros de su grupo más cercano.


Muchos priistas temen todavía que Eruviel Ávila pueda protagonizar una asonada semejante a la de Mario López Velarde o Ángel Aguirre, y que por ello sería mejor darle la candidatura. De una forma u otra, el único que no puede rebelarse es Alfredo del Mazo Maza: es primo de Peña Nieto, y su padre, Del Mazo González, es el primer consejero del gobernador. La pertenencia al Grupo Atlacomulco no es la clave para entregarle la candidatura, sino el alto potencial electoral de su candidatura. De alguna forma, Del Mazo Maza es un Peña Nieto perfeccionado: más joven, más guapo, más preparado, de alta alcurnia y gobernante de Huixquilucan, uno de los tres municipios más ricos del país, asentamiento de los capitales judíos. De hecho, es muy joven, soltero de 34 años pese a su pelo entrecano. Un producto perfecto del Grupo Atlacomulco para asaltar la Presidencia de la República en el 2018.


En el país del futurismo, las consecuencias de las alianzas de hoy pesarán mañana. Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo firmaron su matrimonio para la coalición en Edomex y, al mismo tiempo, la pelea por la Presidencia del 2012, donde tienen altas posibilidades de ganar. Fiel a su naturaleza pragmática, el juego original de Moreno Valle será seguir a Elba Esther Gordillo y al PRI. El problema es que para seguir ese juego, deberá traicionar a los partidos que lo llevaron a la gubernatura: PAN, PRD y Convergencia. Pero hay un problema mayor: ayudar al PRI a recuperar la Presidencia de la República sería darse un balazo en el pie para el 2018, cuando su hipotética candidatura presidencial por el PAN deba enfrentarse a un PRI restaurado en su potencia electoral por Enrique Peña Nieto y una mayoría de gobernadores. Desde ya, los delfines del presidente Peña Nieto serían Videgaray y Alfredo del Mazo Maza. ¿Qué papel jugaría Rafael Moreno Valle?


Veamos otras coordenadas: Rafael Moreno Valle decide jugársela con el dúo Peña Nieto y Elba Esther Gordillo. ¿Qué opinarán la dirigencia y militancia del PAN? ¿A poco lo apoyarían en el 2018 tras la traición del 2012? ¿Puede ser que se vuelva poco confiable para todos los partidos? ¿O a poco Moreno Valle planea regresarse al PRI? ¿Y le darán alguna candidatura a un priista arrepentido?


Un dato más: la confluencia Alfredo del Mazo Maza, Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo, así como la recuperación de Los Pinos, pondría como primer tirador a Jorge Estefan Chidiac para recuperar la gubernatura de Puebla en el 2016, puesto que sus relaciones con la clase política mexiquense, y en especial con su gobernador Gel Boy, son excelentes, como lo prueba su incorporación al CEN como secretario de Finanzas. Peña Nieto, Videgaray, Del Mazo, todos son sus amigos. Sí, el mismo Estefan que fue exiliado de la entidad por el morenovallismo bajo amenazas de perseguirlo con todos los elementos del estado.


¿Está seguro Moreno Valle de ayudar al PRI en el 2011 y 2012?

 

 

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