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La apertura del mercado birmano es una de las prioridades del Gobierno que preside Thein Sein. Desde que a mediados de este año, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, otras naciones de Occidente y la Unión Europea (UE), comenzaran a retirar, a suspender o a relajar sus respectivas sanciones a Birmania en respuesta a la reforma política, un notable número de compañías extranjeras han presentado planes de inversión en el país.

En este contexto, la nueva legislación de inversión extranjera aprobada en Birmania, contempla una serie de modificaciones importantes con respecto al régimen anterior, facilitando la entrada de capital extranjero. En primer lugar, contempla la abolición del umbral de 5 millones de dólares de capital mínimo para la constitución de joint-venture e incremento del porcentaje máximo de participación del 1% al 50%, para las empresas extranjeras en 13 sectores restringidos. Si bien esta medida flexibiliza el criterio anterior, la participación máxima en capital del 50%-50% en las joint-venture continua constituyendo un límite para estimular la inversión extranjera en Myanmar, y que este país pueda competir en la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). En segundo lugar, se establece la eliminación de la cláusula por la que los ciudadanos de Myanmar tienen derecho a realizar una oferta de compra a un inversionista extranjero "si tienen la capacidad de comprar a precio de mercado y en concepto de indemnización durante toda la vida útil del contrato"; lo cual limita el riesgo de nacionalización a que estaban expuestas las empresas extranjeras anteriormente.

La materialización de estas medidas animará la inversión extranjera en los sectores estratégicos del país: turismo, minería, explotación forestal y de yacimientos de petróleo y gas.