Coca Cola se lanza a la conquista de Myanmar

Con el ingreso en el país asiático, la compañía está presente en todo el mundo, salvo Cuba y Corea del Norte. El ingreso del grupo en este nuevo mercado es una consecuencia de la apertura política de los últimos meses y del fin de las sanciones impuestas por EEUU. La inversión inicial en Myanmar superará los 100 millones de euros.

En las últimas semanas, Myanmar se ha unido al club de los países cuyos ciudadanos pueden beber Coca-Cola. La multinacional estadounidense ha iniciado sus operaciones comerciales en el país asiático, de momento con productos de importación. La razón de esta situación es sencilla: entre 2010 y 2012, el país del sudeste asiático ha emprendido un proceso de apertura política que ha llevado a EEUU a levantar las sanciones que gravaban sobre él desde hacía años.

“Hasta este año, las empresas estadounidenses no podían trabajar en el país y, cuando el Gobierno de Washington decidió levantar las sanciones, Coca-Cola quiso ser la primera empresa importante en iniciar sus operaciones en el país”, asegura Manuel Arroyo, un ejecutivo español que preside el grupo norteamericano en 10 países del sudeste asiático.

El grupo, que a medio plazo prevé empezar a producir sus refrescos en el país, como hace en prácticamente todas las áreas del mundo en las que está presente, no ha querido detallar la cuantía de su inversión. Sin embargo, los expertos afirman que una operación de este tipo requiere una inyección de capital superior a los 100 millones de euros. Lo cierto, es que, según Arroyo, se trata de una inversión estratégica: “La población de Myanmar supera los 60 millones de personas y calculamos facturar allí unos 700 millones de dólares (539 millones de euros) de aquí a 10 años”.

Sin embargo, la valía de la llegada de Coca-Cola al país no es sólo de tipo económico. “Nuestra marca y nuestros productos se relacionan con buenos momentos y valores de apertura y cercanía. Por lo tanto, nuestra llegada a Myanmar significa un soplo de aire fresco para la población del país, tras años de aislamiento”, aseguran en el grupo.

En este sentido, no es una casualidad que los ejecutivos de la compañía hayan querido dar la máxima visibilidad a su desembarque en el país. “La ceremonia de apertura ha sido presidida por nuestro presidente, Muhtar Kent, uno de los personajes elegidos por la Administración Obama para fortalecer las relaciones comerciales con Asia”, asegura Arroyo, que quedó impresionado por la buena acogida por parte de la población. “La gente nos paraba por la calle y nos daba las gracias”, asegura.

Además, los máximos ejecutivos de la compañía mantuvieron reuniones tanto con el Gobierno, como con Aung San Suu Kyi, la histórica líder de la oposición, premio Nobel por la Paz, cuyo partido arrasó en las primeras elecciones democráticas que se celebraron en Myanmar este año.