¿Es el dinero el único valor de nuestra sociedad?

Artículo publicado el 10 de Diciembre de 2013
Artículo publicado el 10 de Diciembre de 2013

Atención, este artículo no ha sido revisado ni publicado en ningún grupo

A día de hoy el dinero sigue siendo el centro de nuestra existencia, incluso cinco años después de la crisis financiera de 2008. ¿Acaso es la pérdida de los valores tradicionales una consecuencia directa de esta investigación pecuniaria?

Un hombre corre con un maletín alrededor de una isla. Un volcán expulsa billetes. El símbolo del dólar está dibujado bajo la isla. Los tiburones están nadando entorno a él.

Esta tira cómica publicada el 10 de abril de 2013 por el periódico semanal suizo L’Hebdo es una transposición humorística de la situación actual de la mayoría de los países en vías de desarrollo. La gente se queda sin aliento en compras desesperadas para ganar aún más dinero. Intentan superarse en una competición continua contra el resto. Hasta llegar al punto de convertirse en tiburones, motivados por unos intereses personales que están sedientos de éxito.

En el artículo publicado el 29 de mayo de 2012 extraído del Blog And­lil, trader inside, titulado “El dinero es el único valor en nuestra sociedad”, Benoist Rousseau, profesor de historia y bloguero nos cuenta:

“Desde hace algunos días sólo me encuentro con personas que hablan de dinero. Es el único prisma de su existencia, su única motivación, su único valor (…) Toda acción humana se justifica según su único cuadro de identificación monolítica: el dinero”.

La vida está estrechamente vinculada al dinero; el hombre se vuelve incapaz de creer en algo:

“Un acto gratuito, como la voluntad de ayudar al prójimo o de compartir, les parece totalmente extraño e incluso sospechoso, se esconde un interés en hacer dinero, hay algo que se hace a la fuerza. (…) La gente se encuentra más a la defensiva, desconfía más…”(enlace, fuente). 

Constantemente se nos advierte sobre los peligros de tal pérdida de valores:

“Si las cosas, el dinero, la mundanidad se convierten en el centro de la vida, nos poseerán e incluso perderemos nuestra identidad de seres humanos”, declaró el papa Francisco. “Sin trabajo, no hay dignidad (…) Todos luchamos contra el ídolo del dinero, contra un sistema sin ética, injusto, en el que el dinero manda sobre todo.” (Le Pa­ri­sien, Vaticano: “Nuevo ataque del papa Francisco contra Don Dinero), artículo publicado el 20 de noviembre de 2013).

En la sociedad de consumo, el dinero es necesario. Lo dice el blog Les im­bé­ci­les ont pris le pou­voir… (en español: los imbéciles han tomado el poder) un extracto del artículo publicado el 19 de agosto de 2011 titulado “La morale de l’argent” (en español: la moral del dinero):

“El dinero capitalizado se ha librado así de cualquier empresa, ejerciendo su poder con el único fin de reforzarlo. La especulación (…) ha permitido que el dinero adquiera un poder global. Este poder autónomo, impersonal, superior al poder político, impone hoy su ley a la humanidad”.

A pesar de que el dinero se haya convertido en algo más malo que el diablo, es verdad que las cuestiones que están relacionadas con el dinero son el pan nuestro de cada día. ¿Hay algo más cotidiano que el dinero? ¿Cómo podemos asegurar que el dinero representa una pérdida completa de valores? Sin dinero no se puede sobrevivir.

Un artículo titulado “The importance of money?”, extraído del foro inglés mediacet.​com explica la necesidad del  dinero en nuestra sociedad:

“The importance of money has become so important for live, that you could not survive without it. You could not even buy something to eat. You would end up being a poor homeless person.” 

El proverbio “el dinero no da la felicidad” genera mucha controversia. ¿Seríamos felices sin un duro?

‘‘ I soldi fanno la felicità? Si. Lo dice la scienza e lo confermano gli scienziati. I soldi fanno la felicità perché sono proprio loro a rendere la gente soddisfatta, almeno secondo uno studio fatto da una dozzina di docenti universitari in tutto il mondo.” (Giornalettismo.com ‘‘I soldi fanno la felicità: lo dice la scienza’’)

Por medio del dinero los sueños se pueden hacer realidad o destruir, siempre y cuando no se olviden los valores éticos, inculcados en una buena educación.