#Buscar OEA - SICREMI * English (UK) * INICIO * SICREMI + Acerca de SICREMI + Reportes * MILEX ____________________ (Reset) Correo electrónico Imprimir Argentina - Síntesis histórica de la migración internacional en Argentina La migración hacia la República Argentina durante el siglo XIX y principios del siglo XX se caracterizó por ser de ultramar y en su mayoría proveniente de Europa, transformándose así en el segundo país receptor de inmigrantes europeos después de Estados Unidos. La inmigración de ultramar fue esencial en el poblamiento del país, aportando entre 1881-1914 con alrededor de 4 millones 200 mil individuos. Las corrientes más numerosas se manifestaron antes de la Primera Guerra Mundial, y en el año 1914 el número de inmigrantes alcanzó su máximo nivel histórico en términos relativos, con un impacto del 30% en el total de la población. A lo largo del siglo XX la inmigración hacia la República Argentina disminuyó y perdió su peso relativo a partir del Censo Nacional de 1947. El volumen de la migración internacional bajó y además hubo cambios en su composición, pasando de un predominio de migración no limítrofe a un incremento sostenido de inmigrantes originarios de la misma región. Hacia comienzos del siglo XXI, dos tercios de los inmigrantes eran provenientes de los países limítrofes. A partir de los años 60 – y debido en parte a las diferentes crisis políticas y económico-sociales que impactaron a la sociedad argentina de esa época– el país combinó su capacidad de atracción de flujos migratorios continentales y extra-continentales, con la emigración de recursos humanos calificados hacia diferentes destinos. HISTORIA DE LA INMIGRACIÓN El primer registro de visitantes europeos a Argentina se remonta al año 1516, cuando Juan Díaz de Solis arribó por el Río de la Plata para reclamar el territorio de España. En 1526 Sebastián Gaboto - un italiano al servicio de España- navegó río arriba y estableció el primer asentamiento europeo temporario cerca del actual emplazamiento de Rosario. Luego de que Francisco Pizarro conquistara el Imperio Inca en Perú en 1532, se fundaron otros asentamientos. Desde la colonia de Asunción, actualmente Paraguay, los pobladores se trasladaron y fundaron Tucumán en 1565 y Córdoba, en 1573. Finalmente, en 1580 Juan de Garay fundó un asentamiento permanente en Buenos Aires y durante generaciones fue una ciudad pequeña porque la atención española se concentraba más al norte. La limitada supervisión de la corona contribuyó al desarrollo de un espíritu independiente en los territorios argentinos. Las severas restricciones comerciales y el traslado de mercadería alentaron el comercio ilegal y Buenos Aires se convirtió en un centro de contrabando y mercado negro. 
En 1776, España creó el Virreinato del Río de la Plata, con Buenos Aires como capital. La ciudad fue declarada puerto libre, y con el aumento de las importaciones y exportaciones comenzó a prosperar y a expandir su población. Hacia 1778 la costa atlántica fue abierta gracias a una política de libre comercio, y este auge del comercio contribuyó al crecimiento de Buenos Aires. Dicho crecimiento atrajo más personas a la ciudad y a los primeros inmigrantes de Alemania, Holanda e Italia (Hintz, 30). Luego de obtener su independencia de España a principios del siglo XIX, Argentina adoptó una política de inmigración abierta y alentó a los inmigrantes a adoptar al país como propio; durante un breve periodo a finales de la década de 1880, por ejemplo, el gobierno subsidió pasajes en barco para los inmigrantes, y se estima que entre 1870 y 1930 el país recibió más de siete millones de inmigrantes, principalmente de España e Italia (Jachimowicz, 1). Las razones de este éxodo masivo desde Europa son varias. José C. Moya, en su estudio de las migraciones españolas y favoreciendo las tendencias generales, enumera las tendencias en las etapas tempranas de la modernización capitalista como las principales causas: la expansión demográfica; el liberalismo; la comercialización de la agricultura; la industrialización; y los avances en el transporte (Moya, 44). En el caso de los italianos inmigrantes Argentina prometía ser una nueva oportunidad ya que se dejaba atrás un país empobrecido por la unificación de los estados italianos en los que prevalecía el desempleo, la superpoblación y los graves conflictos políticos. Las inmigraciones masivas desde Europa respondieron en parte a la oferta de mejores salarios. En promedio, un trabajador agrícola ganaba en cuatro o cinco meses de cosecha, entre cinco y diez veces más de lo que ganaba en su país de origen (Veganzones, 52). Otro punto de atracción fueron los programas gubernamentales. En 1862 el Congreso autorizó la contratación de inmigrantes para colonizar los territorios nacionales, específicamente las regiones externas a las provincias constituidas, que eran regidas desde Buenos Aires. La Dirección de Migraciones, establecida en 1869, nombró agentes en Europa para reclutar colonos. Los recién llegados gozaban de alojamiento gratuito, exención de pagar impuestos sobre sus posesiones y con el tiempo también traslado gratuito en tren (Rock, 141). Muchos de los primeros inmigrantes lograron una rápida movilidad social, aunque muy pocos pudieron adquirir tierras. En 1854, Buenos Aires tenía una población de 90.000 habitantes; hacia 1869 la población aumentó a 177.000, con 41.000 italianos y 20.000 españoles; en 1895 la población aumentó a 670.000 (Rock, 142). En 1914, la población inmigrante representaba el 30% de la población total (Devoto, 49), y en Buenos Aires, particularmente, las estimaciones varían entre un 60 y un 80 %. Las comunidades italianas y españolas continuaron dominando hasta la década del 1940, con un 42 y 38 % respectivamente. En este periodo también se destaca la presencia de inmigrantes rusos (93.000) y del ex Imperio Otomano (65.000) (Devoto, 294). En la década de 1920 la migración a Argentina disminuyó debido a la política migratoria que dificultaba el ingreso de extranjeros al país. El temor de las clases gobernantes a una revuelta de inmigrantes aumentó la seguridad en los puertos de desembarque (Devoto, 356). Mientras tanto en Europa, la productividad y los salarios aumentaron, representando una fuerte competencia. La crisis de 1929 puso fin a la inmigración masiva desde Europa que fue prevalente a principios de siglo. La recesión económica golpeó fuertemente a Argentina y sus salarios ya no competían con los europeos (Veganzones, 52). Con excepción de un breve periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la inmigración europea continuó descendiendo. La migración se concentró mayormente entre los años 1947 y 1951 y fue más variada que en años anteriores, ya que incluyó alemanes, rusos, yugoslavos, armenios, ucranianos y otros grupos étnicos europeos además de los habituales españoles e italianos. La migración europea fue reemplazada por la inmigración desde países limítrofes. Los salarios en Argentina fueron por un tiempo los más altos de la región. Entre 1950 y 1980, la inmigración paraguaya representó entre un 40 y un 65 % de los flujos migratorios provenientes de países limítrofes (Veganzones, 52). Brasil, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay también aportaron migrantes en la década de 1980. Si bien esta migración regional no fue históricamente significativa para la población total (solo representó entre el dos y el tres % del total), con el tiempo fue considerable comparada con la inmigración de los países no limítrofes, dando lugar a un incremento significativo de la inmigración regional en el total de la población nacida en el extranjero. A principios de los años noventa llegó a representar más del 50 % de la población inmigrante total en Argentina (Devoto, 434). Las causas de las migraciones varían: En Paraguay, la guerra del Chaco de 1936 y la guerra civil en 1947 fueron factores determinantes; en el caso de Bolivia el proceso de caída de la industria azucarera y de diversos productos agrícolas que comenzó en los años sesenta, impulsaron la migración de muchos de estos trabajadores hacia la industria de la construcción, principalmente en Buenos Aires; en Chile, la mayor afluencia coincidió con el derrocamiento de Salvador Allende y la dictadura de Augusto Pinochet (Devoto, 457). Asimismo, la principal causa del aumento de la inmigración regional hacia Argentina y su consolidación como polo de atracción de las migraciones de países limítrofes desde mediados del siglo XX se explica por el alto estándar de desarrollo humano y económico del país, en relación a los países de origen de los migrantes. Esto generó con el tiempo cadenas migratorias que facilitaron el proceso y la inserción e integración de los migrantes en las sociedades de acogida.. Las migraciones laborales de países limítrofes se concentraron principalmente en actividades estacionales, servicio doméstico, construcción y comercio. Durante las décadas de 1960 y 1970, así como a principios de 1980, hubo una considerable salida de emigrantes argentinos hacia otros países de América Latina (por ejemplo, Venezuela y México) y también hacia Estados Unidos, Canadá y Europa. El proceso emigratorio incluyó profesionales, técnicos y científicos, y la razón principal de emigración de estos individuos altamente calificados fue -además del apremiante factor de la declinación económica- la abierta hostilidad del régimen militar contra las universidades. Esta situación alcanzó su cima en 1967 bajo el régimen del General Juan Carlos Onganía, cuando 1305 miembros del cuerpo docente de la Universidad de Buenos Aires fueron expulsados luego de una intervención ordenada por el gobierno (Gracierena, 1986). Después de un interludio de gobiernos democráticos a principios de la década de 1970, la situación política nuevamente empeoró con el golpe militar de 1976. El proteccionismo industrial dio paso a políticas de apertura del mercado nacional al comercio internacional, provocando una significativa caída en la participación de la industria en el Producto Interno Bruto (PIB). Además, el régimen militar realizó grandes recortes en el presupuesto de las universidades, lo que retrasó el desarrollo de la investigación, la enseñanza y el desarrollo cultural en el país (Pellegrino, 11). En los últimos años, un gran número de argentinos ha migrado a España y Estados Unidos, entre otros destinos. Esta migración está asociada en buena medida a la política económica aplicada en los años 90, que condujo a declinación del producto, elevada tasa de desempleo, y crisis financiera (Solimano, 5). Una fuerte demanda laboral extranjera y políticas favorables para la naturalización en España –aplicables a argentinos con ascendencia española - explica en parte el porqué este país ha recibido una gran proporción de inmigrantes argentinos y latinoamericanos en general. Sin embargo, es importante destacar que tomando en cuenta los flujos de pasajeros argentinos (ingresos y egresos) por los principales aeropuertos internacionales del país, desde el año 2003 a la fecha la tendencia salir del país de los nacionales argentinos ha desacelerado. Con respecto a las remesas hacia Argentina, éstas no han tenido gran peso histórico dentro de la economía argentina, representando en el año 2009 solamente el 0,03% del PIB. CONCLUSIONES Los movimientos migratorios hacia Argentina desde comienzos del siglo XIX fueron un elemento constante en la historia del país. Su constitución como nación y posterior desarrollo ha contado con aportes poblacionales primero de Europa y luego de países limítrofes, y otras naciones de América Latina. La combinación de dos procesos marcó una nueva etapa en el mapa migratorio regional: a) la desaceleración de la migración transatlántica y el retorno de una porción considerable de inmigrantes a sus países de origen, y b) la renovación continua del flujo de migrantes entre los países del Cono Sur, así como la constitución de Argentina como polo regional de atracción de inmigrantes desde Paraguay, Bolivia, Perú, Chile y Uruguay. Esto sin duda alteró la composición del patrón migratorio, dando lugar a un incremento significativo de la inmigración regional en el total de la población nacida en el extranjero. A lo anterior se suma el hecho de que en las últimas décadas el país combinó su capacidad de atracción de flujos migratorios regionales con la emigración de sus nacionales hacia diferentes destinos, principalmente España y Estados Unidos. * [ipad_L.png] Anterior * [ipad_R.png] Siguiente e-max.it, posizionamento sui motori * Índice General * Migración Internacional en las Américas - 2011 * Parte I Tendencias recientes en la migración internacional * Parte II Patrones de la Migración Internacional en las Américas * Parte III Informes por país * Anexo Estadístico * Competitividad, Innovación y Tecnología * Comercio y Desarrollo Económico * Desarrollo Social * Cultura y Turismo * Responsabilidad Social Empresarial (RSE) * Migración © Copyright 2014 OEA