Inmigración: aspectos positivos y negativos para la economía

Si hay un debate que ahora mismo está abierto y todo el mundo tiene opinión sobre él es el de la inmigración. Es un hecho que son muchos los factores que atraen a personas de otros países a Europa y, concretamente, a España, en busca de una vida mejor, de otras oportunidades o simplemente porque quieren continuar su carrera aquí.

No podemos obviar los tremendos conflictos armados que en países como Siria están generando millones de refugiados en todo el mundo. Personas como nosotros, que vivían una vida normal y tranquila y que se encuentran de pronto con que han de huir de su casa, dejarla vacía, llevarse a su familia y protegerla en cualquier otro lugar. Por eso mismo muchísimas ciudades y países tienen diferentes políticas de acogida para los inmigrantes especialmente los refugiados.

Pero todo conlleva sus pros y sus contras. No son pocos los que opinan que no puede ser bueno que tengamos tanta inmigración, mientras que hay otros que ven el vaso medio lleno y lo ven como una oportunidad de crecimiento, cogiendo a otros países en los que la fórmula ha funcionado a la perfección. En definitiva, vamos a analizar los pros y los contras de la inmigración en nuestra economía. ¿Saldremos ganando o perdiendo con esta nueva ola de inmigrantes?

Aspectos positivos de la inmigración en la economía

No cabe duda de que la economía se vuelve más dinámica con la circulación de personas. Por eso, hay que destacar una serie de puntos a favor de la inmigración en términos económicos.

Más personas, más trabajo

Cuantas más personas haya, más trabajos se ocuparán. El clásico de “los inmigrantes nos roban el trabajo” es mentira, ya que ellos toman los trabajos que los españoles no quieren porque se consideran mejores que eso. De esta forma, tenemos toda una comunidad de inmigrantes que recogen fresas al sol o llevan a cabo trabajos complicados y en ambientes y entornos muy complejos.

Más personas, más consumo

Cuantas más personas haya, más consumo habrá. Eso sí, es muy importante que los inmigrantes se integren en la cultura del país al que llegan para que sea lo más justo y equitativo posible. Si nosotros fuéramos a otro país, haríamos el esfuerzo de aprender un idioma y de llevar a cabo las costumbres más típicas e inofensivas, al margen de religión, por supuesto.

Nuevos tipos de trabajo

Con la llegada de la inmigración se generan diferentes puestos de trabajo, personas con diferentes culturas que pueden ofrecer conocimiento de ambos lados y con resultados muy positivos. De nuevo, la integración, la información y el respeto por parte de todos es básico para que funcione a la perfección.

Nuevas generaciones de inmigrantes

Ya hace tiempo que España ha vivido sus oleadas de inmigración. Especialmente ahora vemos como las segundas generaciones de inmigrantes árabes o latinos, chicos y chicas nacidos aquí pero con raíces muy marcadas, llegan a la mayoría de edad. Ellos son la clave para demostrar que la inmigración es muy positiva para la economía de un país.

Los aspectos negativos de la inmigración en la economía

Sin embargo, no podemos pasar por alto que la llegada de inmigrantes también puede tener efectos contraprudecentes sobre la economía.

La economía sumergida

Muchos inmigrantes no tienen papeles para poder trabajar de forma legal en España, de forma que tienen que vender productos o servicios de forma ilegal. Eso significa que no cotizan, no pagan impuestos mientras que otras personas sí lo hacen. Es algo injusto y perjudicial para los contribuyentes.

¿Envían dinero a fuera?

Uno de los mayores problemas de la economía y la inmigración es que estas personas envían muchísimo dinero al exterior, por lo que ese dinero que ganan en España no se invierte en España.

El miedo al terrorismo

Aunque no sea un tema estrictamente económico, es una conversación que se ha de mantener. ¿Son todos los inmigrantes terroristas? Desde luego que no, pero en los recientes ataques, se ha descubierto como muchos de ellos eran inmigrantes incluso de segunda generación, nacidos en el país y reconvertidos al odio y al terror. Muchas personas sienten que comprando a inmigrantes se puede estar financiando a algún grupo terrorista.

Precios más baratos

Es un hecho que muchísimas tiendas de comida que abren 24 horas están regentadas por inmigrantes. Los clásicos colmados de barrio e incluso algún que otro supermercado no tienen nada que hacer al lado de su oferta 24 horas. Esto limita mucho el margen de maniobra en el trabajo y consigue que la calidad de vida de la competencia baje estrepitosamente.