El uso del condón desde hace mucho tiempo ha acompañado el esfuerzo por la sensibilización y el camino para fortalecer la salud y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las personas, sin embargo, todavía hace falta algo, “probablemente reflexionarlo más, abordarlo de una forma distinta o investigar otras maneras de incorporar este recurso”, dijo Akiko Bonilla, educadora sexual.  

A través de la iniciativa PARESS 2030, Fundación México Vivo, FEMESS, y en el marco del Día Internacional del Condón, se dio la charla y taller virtual ¿Seguro sexo? ¡Sexo seguro!, en este evento se discutieron las principales barreras y oportunidades para que esta herramienta milenaria pueda cumplir su función de manera integral e incida en la salud sexual de los mexicanos de forma amplia en el presente.  

En datos duros ¿Para qué sirve un condón?  

Rodrigo Moheno, secretario general de Fundación México Vivo, compartió un poco de evidencia científica sobre su uso. Este es altamente efectivo, para la clamidia y tricomoniasis con un 75% de efectividad, gonorrea 71%, sífilis 66%, para la prevención de embarazos un 95% y para la reducción de VIH 90 por ciento. 

Aunque México no cuenta con una estadística nacional sobre prácticas sexuales, hay data disgregada a través de diversos instrumentos estadísticos que nos permiten un panorama.  

De acuerdo con el Guttmatcher Instituteen 2020, de los 32 millones de mujeres adolescentes que desean evitar un embarazo en países de ingreso bajo y mediano como México, 14 millones tienen una necesidad insatisfecha de anticoncepción moderna, el 85% de ellas no están utilizando ningún método anticonceptivo y el resto depende de métodos tradicionales. Cada año hay 21 millones de embarazos en estos países y 50 % de ellos no son planeados.  

Por su parte el Instituto de la Juventud de la Ciudad de México revela que el 84% de la población de 12 a 29 años conoce los métodos anticonceptivos, pero cuando se pregunta el uso de algún método, solo el 30% usa condón masculino y el 3% pastillas anticonceptivas o condón femenino.  

¿Por qué hay tanta distancia entre el conocimiento de los métodos y su uso sistemático? 

Moheno asegura que de entrada falta educación integral en sexualidad en la población, normalmente esta no sucede a tiempo, por ejemplo, el 87% inicia su vida sexual activa después de los 13 años por lo que este es el momento de incidencia principal, pero no sucede. 

Por otro lado, son muchas las circunstancias que indican falta de acceso a los métodos: Falta de abasto, relaciones no planeadas, razones económicas, por ejemplo, una persona puede utilizar unos 200 condones al año, esa es una inversión aproximada de 4,000 pesos.  

También existe la barrera del doble discurso y doble moral, por un lado, se promueve no tener relaciones antes de casarse y por otro se ve otra realidad totalmente distinta. También hay imitación de pornografía que se promueve sin protección; machismo, donde muchas mujeres no tienen la posibilidad de negociar o exigir el uso del condón; la religión, que en muchas ocasiones habla de no protegerse y tener relaciones solo con tu pareja; estigma donde si una mujer va en busca de un condón es más juzgada que ayudada; y por último, falta de consejería profesional y bien informada.  

Moheno agrega que no hay prioridad nacional a este tema y las consecuencias son que tenemos más de 350,000 embarazos en adolescentes anuales, estas son familias no deseadas, matrimonios forzados, deserción escolar, violencia y descomposición social con un aumento de la pobreza, prevalencia de enfermedades, disminución de ingresos per cápita y discriminación. 

Por último los ponentes reflexionaron en que se requiere de una promoción sistemática del uso del condón a través de nuestros gobiernos, acceso a insumos de prevención suficientes, desestigmatizar la sexualidad protegida, mayor oferta de buen servicio ginecológico, empoderar a las niñas, adolescentes y jóvenes  para exigir el uso de métodos anticonceptivos, estrategias diferenciadas en la política pública de acuerdo a las diferentes prácticas y hábitos sexuales, además de que todos los sectores vuelvan este un tema prioritario con mayor presupuesto para programas de salud sexual y reproductiva.    

Para poder observar este encuentro nuevamente se puede acceder a la siguiente liga.

nelly.toche@eleconomista.mx